Los semáforos no se configuran al azar.

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Los semáforos son una parte fundamental de la señalización vial y constituyen el lenguaje básico del tráfico. Se componen de luces rojas (prohibido el paso), verdes (permiso de paso) y amarillas (advertencia). Se dividen en: semáforos para vehículos motorizados, semáforos para vehículos no motorizados, semáforos para pasos de peatones, semáforos de carril, intermitentes, semáforos de luz larga y semáforos para cruces ferroviarios y de carreteras.
Los semáforos son un elemento clave para la seguridad vial. Constituyen una herramienta fundamental para optimizar la gestión del tráfico, reducir los accidentes, mejorar la eficiencia en el uso de las vías y, en definitiva, mejorar las condiciones de circulación. Son idóneos para intersecciones en forma de cruz o en T, y su funcionamiento, controlado por la centralita de señalización, permite que vehículos y peatones circulen de forma segura y ordenada.
Los tipos de semáforos incluyen principalmente: semáforos de autopista, semáforos de paso de peatones (es decir, semáforos), semáforos para vehículos no motorizados, luces indicadoras de dirección, semáforos móviles, luces solares, luces de señalización y cabinas de peaje.


Fecha de publicación: 16 de junio de 2019