1. Larga vida útil
El entorno de funcionamiento de las lámparas solares para semáforos es bastante adverso, con temperaturas extremas (frío y calor), sol y lluvia, por lo que se requiere una alta fiabilidad. La vida útil de las bombillas incandescentes convencionales es de 1000 horas, mientras que la de las bombillas halógenas de tungsteno de baja presión es de 2000 horas. Por lo tanto, el coste de la protección es muy elevado. Las lámparas solares LED para semáforos se dañan principalmente por la ausencia de vibración del filamento, lo que reduce considerablemente el riesgo de rotura de la cubierta de cristal.
2. Buena visibilidad
La lámpara solar LED para semáforos mantiene una buena visibilidad y rendimiento incluso en condiciones climáticas adversas como tormentas, lluvia y polvo. La luz que emite es monocromática, por lo que no requiere chips de color para generar los colores rojo, amarillo y verde. Además, la luz LED es direccional y tiene un ángulo de divergencia específico, lo que permite prescindir del espejo asférico utilizado en las lámparas tradicionales. Esta característica de la tecnología LED resuelve los problemas de ilusión óptica (también conocida como falsos reflejos) y pérdida de color presentes en las lámparas tradicionales, mejorando así la eficiencia lumínica.
3. Baja energía térmica
El semáforo solar se transforma fácilmente de fuente de energía eléctrica a fuente de luz. Genera muy poco calor, prácticamente sin producir calor. Su superficie refrigerada evita quemaduras al técnico y garantiza una larga vida útil.
4. Respuesta rápida
Las bombillas halógenas de tungsteno son inferiores a los semáforos solares LED en cuanto a tiempo de respuesta, y por lo tanto reducen la incidencia de accidentes.
Fecha de publicación: 1 de septiembre de 2022

